Cande se manda. No mide, no calcula. Ella va.
Es despistada y cariñosa. Alegre, se ríe y canta fuerte.
Tiene unas hermosas piernas gorditas, que son mejores para correr y saltar, claro.
Quiere desmedidamente.
Se chupa el dedo, todavía hoy, a los cinco años, se chupa el dedo.
Le gusta su gata y mi cama. Ir al club y los fideos. Jugar con Lola y pelearse con Uma.
Aprendió tarde a caminar y muy, muy temprano a hablar. Y no para.
Candelaria es mi segunda hija.
La que quedo internada en el sanatorio después de nacer, quince días más, por incompatibilidad hematológica.
La que durante un año y medio, tuvo que dejarse pinchar para saber que todo estaba bien y que era la nena fuerte que sigue siendo.
La que estuvo casi un año sin ver a su papá, porque él trabajaba en otro país, porque nos habíamos divorciado, porque las cosas se ponen feas a veces.
Candelaria es mi segunda hija, a la que operaron a los 4 años, de los ojos y se la bancó, más que yo.
Candelaria es hermosa. El amor más contundente que sentí en mi vida. Cande es una una caricia con la fuerza de una trompada.
Cande salió de mí y fue ella la que me parió.
7 comentarios:
... y fue ella la que me parió.
brillante. fuerte. bello.
me hiciste emocionar.
y es linda linda en serio esa Cande!
ay negraaaaaaaaaaaa, porque me haces llorar de este modoooooo!!!
son divinas tus hijas. tienen a quien salir.
Todo, todo, si. Me parece. Ailoviu.
Hermoso lo que pusiste.
(no te preocupes por lo de los dedos, mi hermano y yo no lo largamos hasta los diez jaja desastre)
que bello post. y muy conmovedor. hermoso!!!!!!!!! que lindo escribis!
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