5/10/09

Anoche llovía, hoy también, pero anoche llovía y yo me acordaba de mi abuela.
Recordaba que fue abuela, abuela de profesión, abuela de las que te llevan el jugo de naranjas a la cama para que no te resfríes, de las que preparan mil panqueques, de las que te obligan a dormir la siesta.
Ese tipo de abuela.
Vivía en Uruguay, en medio de un pueblo. Hacia dulce de higos y discutía con mi abuelo.
Ella me mandaba a hacer los camisones por una modista y su plan preferido era caminar por la plaza conmigo. Mostrarme, eso.
Yo era Choli para ella, me llamaba así, Choli, Cholita. Y me dejaba, a veces, domir en su cama mientras jugaba con su oreja.
Hace mas de diez años, algo que no se conocía y después puso de moda Gregory House, la mato. Lupus, nos informaron.
Despues estuve un poco más sola.



Y llovía y yo me acordaba de ella, porque ella juntaba agua de lluvia para lavarme el pelo.
Y la lluvia siempre la trae de vuelta a mi.

4 comentarios:

® Danila dijo...

la mia hacia lo mismo! que detalles no?
detalles de amor.

Anónimo dijo...

Sí, Dani, exactamente eso: detalles de amor. Los extraño tanto!

Pepita dijo...

Ay, recién encuentro tu blog. Qué linda imagen me trajiste de mi abuela también.

Anónimo dijo...

Gracias Pepita!!! espero verte seguido por aca.
Bienvenida!