Ayer como una señora mayor, derrapé por la estación Plaza Italia.
Mucha gente fue testigo de mi bochornosa caída y hasta un joven argentino ofreció su mano amiga para ayudarme en ese momento tan aciago.
Quiero decir que fue humillante el momento vivido, ya que alguna que otra risa socarrona escuche por los andenes.
Bueno eso es todo, solo puedo decir que estoy mayor, que me caí en la calle y que me duele hasta el orto (y es exactamente hasta ahí).
Feliz primavera.
9 comentarios:
Al que le interese el relato en crudo lo invito a pasar por mi blog y tendrá la primicia.
Amiga...estás grande. Y ya te golpeaste la cadera...esto, dentro de 2o años no va a ser lo mismo....
lo lei en el blog de su amiga y es mucho mas interesante que "una simple caida" jajaja
nat!!!!!! sorry pero Julie lo describió con muchoooooooo mas detalle... te jurooooooo que no me rei ni un poquitoooo. hasta me cayó una lagrimita.... te pusiste hielito en la colita??????? pobre...
A la pelota!! y te levantaste sola o te ayudo el joven argentino??
que feito, que papelon..
un beso, buen finde y que sane sane la cola
y por esa buena accion se merece una cancion y que boluuuuuuuu..y que boluu...juaaaaaaaaaaaaaa
uuuh
bajón!
Uno de los pocos momentos en la vida del ser humano en el que compiten el dolor y la verguenza, gana al verguenza siempre y una se ríe tontamente acompañando la risa de los demás como si no hubiera pasado nada... pero después... el dolor viene todo juntito...
Sana sana colita de rana!
besos
Nat!
te entiendo con el tema del dolor y de la verguenza porque un chico lindo te haya preguntado cómo estabas y vos toda una lady le dijiste que bien...
pero te juro que desde siempre, desde chica, no puedo evitar reirme cuando alguien se cae... y sí, tirenme piedras pero que se caiga un viejito también me da risa...
Te cuento una de las mías (porque suelo volar por los aires seguido). Estaba en la playa jugando a la paleta con mi hermana, haciéndome la linda obvio. Y como si jugara como Mónica Seles (mirá lo vieja que es esta anécdota) intenté pegarle a una pelota imposible... sentí como volaba por el aire, porque venía con envión, y para rematarla, hice patito en la arena... sí, sí, sí... tres golpes... tac, tac, tac y rasponcitos en el culo.
Mi hermana descostillada de la risa y yo también me reía pero enojada porque miré alrededor y nadie se estaba riendo!!! lo juro.
No podía creerlo, una caida tan espectacular y nadie la vio!!!
Indignada estaba yo!!!!
besos,
Ana
Espero que le hayas jugado el 56
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