Alan

Unas tetas enormes. Rulos colorados. Tacos altísimos. Una tanga todo lo mentida en el culo que podía estar. Sonrisa fácil, un guiño a la cámara.

Y después de la tandita, la tanguita.

Esa era Noemí Alan. Esa que no es esta. La que está en la pantalla ahora. La que dice que se quemó porque en su casa tiene una de esas estufitas de pantalla, porque las cadenas de electrodomésticos no hacen promociones de caloventores, señores, como hacen de aires acondicionados.

Eso dice la Tana. Y dice también que pidió después de que la encontraran en bolas en el medio del living de su casa de Hurlingham, la misma casita donde cría perros para vender, la misma que tiene bloques de madera en las paredes, esa casita, ahí mientras el medico la atendía y le decía que la podían trasladar a la capital, ahí mismo, ella pedía que la llevaran al Hospital Evita Pueblo de Berazategui. Porque, claro, ahí tu hijo de 14 años puede llevarte una bombacha o un camisón, las señoras me entienden lo que les digo, ¿no?

Y entonces Noemí Alan, la Noemí Alan modelo 2010, dice que en el Hospital la trataron muy bien, pero no por ser La Tana, la de la peluquería, no, la trataron bien porque ahí tratan bien a todos los pacientes. Cada una de las veces que fue la trataron bien. Cuando los chicos necesitaron un pediatra, ella los cazaba del brazo y se los llevaba al Evita Pueblo, porque Argentores no tiene centros de salud en zona sur.

Claro, todo el mundo lo sabe, o sos de zona sur o sos actor, una cosa niega la otra. Y si te haces el rebelde y sos actor aunque hayas nacido en Ezpeleta, te la bancas y ni un resfrío, eh? Pero ni uno.