Y salís caminando de la casa de unos amigos nuevos, unos amigos de la "adultez" y caminas por calles que no conoces, y las sandalias te molestan y el pelo te da calor y el taxi que no viene.
Y hablas sola porque él no te escucha pero sentís que te mira y seguís con millones de palabras y moves las manos y puteas por la humedad y caminas y puteas porque hay que caminar.
Y él no te escucha y él camina al lado tuyo y él te da la mano y cruzan y se para y te para en Almagro, en una calle, en una vereda, en cualquier vereda.
Y te dice: "estuve pensando que quiero casarme con vos".
Y tenes miedo y ganas y miedo otra vez y claro, amor (bueno, no tan claro).
Y lloras
Y lloré
Y sigo llorando.
Bien, increíblemente bien.